martes, 13 de julio de 2010
ALMORZANDO CON CATALINA LA GRANDE
Los mediodías no serían los mismos en la TV sin los almuerzos de la Zarina Rusa Catalina y sus líderes invitados. Rodeados de un halo de glomour y estilo refinado, uno a uno van pasando los mencionados invitados. Esta vez le tocó el turno a tres de los mas grandes líderes de la historia mutante, Napoleón Bonaparte, el César Romano Augusto y Winston Churchill.
Catalina: Hola, Hola, señoras y señores... en el mediodía de hoy tenemos la presencia de estas grandes personalidades. Ellos son Napoleón, Rey de Francia! Churchill, 1° Ministro británico! Y Augusto, César de Roma...! (aplausos, sonrisas y saludos respetuosos. Acto seguido se sientan a la mesa)
Catalina: que alegría tenerlos sentados en mi mesa... Gente tan grande, tan importante...
Napoleón: lo mismo digo, Señora... además la veo tan bonita que me da mas gusto estar aquí (Catalina, quien oculta su verdadera edad de mas de 70 años, se ruboriza y sonríe de forma picaresca)
Catalina: contame Napoleón... como te fue en las campañas militares? Hay mucha inseguridad en Europa, no? Yo tengo miedo... Me atemoriza tanto otomano musulmán asediando nuestra patria caucásica...
Napoleón: si, Catalina... pero los derrotamos en Egipto y, además, pude controlar a lo peor de la revolución francesa y dejar lo mejor... Creé el código civil, por ejemplo. Y a los revoltosos los envío al frente de batalla... (risas de los comensales)
Augusto: yo a los rebeldes los envío al circo Romano o a la frontera a combatir a los germanos... No me agrada mucho el circo, pero a la gente sí... Por ahora mantengo abierto el Coliseo.
Catalina: Ay, que divino... Pero me parece que hay mucho "zurdaje" en Europa (asienten los invitados)... Y yo creo que ya está pasado de moda. Que lo que se viene es el nuevo feudalismo basado en la religión de los grupos financieros, el señorío, la servidumbre complaciente con sus duques y condes.
Churchill: señora... nosotros los ingleses intentamos por todos los medios controlar a los comunistas, incluso en la segunda guerra mundial, pero también en medio oriente, Asia Central, en indochina y lo logramos... Finalmente el muro cayó.
Augusto: pero jamás los ingleses tendrán un imperio tan ordenado como el nuestro, de cientos de años de continuidad. Solo colonizaron algunos lugares pobres del mundo para instalar sus productos en mercados inferiores y obtener ganancias de la plusvalía de los trabajadores en la división del trabajo originado luego de la industrialización. Y en la descolonización solo se generaron guerras civiles y hambrunas.
Churchill: Ja! Ahora el emperador es marxista... Mira quién me habla...? Quienes perdieron con un grupo de bárbaros orientales que no sabían ni leer ni escribir, ni siquiera tenían religión. Pero los romanos tienen esclavos! No tenés cara para decirme esto.
Napoleón: Ambos no existen, Francia derrotó a todos los principales países de Europa.
Catalina: tranquilos chicos, sabemos que tanto Inglaterra, Roma y Francia no pudieron derrotar jamás al pueblo ruso. Varios se tuvieron que comer el hielo de la estepa fugándose a sus casas...
Churchill: señora... ustedes estuvieron cientos de años intentando conquistar tres metros cuadrados de tierras a los turcos y una década para derrotar al rebelde siervo Pugachev... Con todo respeto, señora: dan vergüenza.
Napoleón: Y se comieron una revolución de los siervos del campo y los obreros de las industrias bajo la bandera soviética, me dan gracia... (Ríe a carcajadas mientras introduce en su boca un mondadientes)
Augusto: Y ustedes?
Napoleón: Yo soy el continuador de la revolución francesa. Destruimos toda una estructura feudal en Europa.
Churchill: Ah... comunista... como está la Isla Santa Elena? Te encontraste con Guilligan? (risas de Winston mientras toma su copita de Brandy). Le salvamos la ropa en la I y II guerra, dan pena. Todavía debés estar soñando con Waterloo!
Catalina: Le pido disculpas a la teleplatea, no fue mi intención generar esta pelea dialéctica. Años de carrera en la TV para esto... Porque no nos tomamos un café? Aunque Churchill, yo si fuera su mujer y le sirviera un café le lanzaría veneno. (risas cómplices en cámara)
Churchill: Y si yo fuera su marido me lo tomaría, señora.
Catalina: Mierda, Carajo! Quién fue el que ideó invitar a estos indeseables!? Que lo echen ya mismo...!
Mientras la producción coloca al aire la música del programa para finalizar el mismo, se contempla a los invitados levantarse lentamente de sus sillas mientras la luz se va apagando serenamente. En el fondo se ve a una Catalina enfurecida, haciendo ademanes e insultando abiertamente a la producción. Lanza una pechuga de pollo, arroz con salsa caliente y, para concluir, un plato de porcelana China de la dinastía Ming mientras Napoleón deja unas monedas con su rostro de propina para el personal de servidumbre. Augusto se roba un pan saborizado y Winston Churchill enciende un puro con tanta desgracia que prende fuego el mantel de fino hilo de Flandes originando un incendio en el canal.
Como descenlace, los medios periodísticos culpabilizan a los judíos y a los cristianos rebeldes de originar el incendio, mientras el dueño del canal, el Sr. Nerón, toca su arpa mientras recita un poema del antiguo reino etrusco observando el gran incendio desde su balcón imperial.
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