Hoy sonríe la oligarquía. Esa histórica oligarquía opositora de cualquier avance político, social y económico de las clases populares. Esa oligarquía golpista acostumbrada a tomar decisiones golpeando puertas de cuarteles. Esa oligarquía que no dudó en perseguir, debilitar y matar a sus líderes independentistas como Bolívar o Sucre. Oligarquía que no es distinta en latinoamérica, dado que tambien eliminaron, persiguieron y exiliaron a líderes libertadores como San Martín, Belgrano, Artigas, Güemes, Perón, Santa Cruz, Solano Lopez entre otros y exterminaron a pueblos originarios, obreros anarquistas, peronistas, socialistas, caudillos y países enteros como el paraguayo. Oligarquía que se atreve a seguir discriminando a los comunidades originarias en Bolivia, Argentina, Chile o Ecuador. La oligaquía que inventa nuevos conceptos golpistas para separar de sus cargos a gobiernos democráticamente elegidos como en Honduras o Paraguay.
Hoy sonríe la prensa monopólica y mentirosa, los líderes de los campos de batalla mediáticos / informativos, aliados de esas oligarquías recién mencionadas que ahora en vez de golpear cuarteles golpean la puerta de los canales de televisión.
Hoy sonríe el gobierno de EEUU, por la desaparición solo física de un hombre que se atrevió a poner en duda la Doctrina Monroe de América para los "Norteamericanos" (modificando intencionalmente la frase original). Sonríe pues se sacó de encima a un cuadro político fundamental que nos posibilitó a muchos volver a pensar en una Latinoamérica libre y unida, aún entre dificultades. A sentirnos identificados como hermanos una vez mas. Sonríe por la ida de un hombre que no ha tenido dudas en romper lazos de carnalidad con la potencia norteamericana incluso cuando EEUU parecía arrastrar al resto del mundo en una lucha contra el terrorismo, ese terrorismo que incluía cualquier lugar del mundo que discutiera las decisiones de dicho país.
Sonríe el gobierno de España, quien en la década del 90 contempló la posibilidad de volver a sentar sus pies en sus viejas colonias. Ese gobierno que hoy sigue sosteniendo a los banqueros y financieros que están dejando tendales de desocupados en todo su propio país.
Sonríen los Neoliberales, que se sacan de encima a un individuo que avanzó contra la idea del "Consenso" de Washington luego de la caída de la Unión Soviética. Sonríen pues se va un baluarte de la independencia económica de los países latinoamericanos.
Y sonríen algunos seres humanos de clase media y baja que se sienten identificados como clase alta y deciden creer en todos estos sujetos históricos que los hacen sonreír. Sonríen pues no saben vivir en libertad.
Pero también, aunque internamente, sonríe con esperanza Venezuela. Sonríe también Latinoamérica entre utopías. Porque entre el dolor se ha ganado a un nuevo héroe que ha sentado nuevos paradigmas políticos y económicos dentro del pragmatismo ante la hipotética destrucción de los sueños del viejo siglo XX. Y los héroes son hombres y mujeres, imperfectos y con errores como todos, que le dan esperanza a los pueblos. Esperanza entre las equivocaciones, las virtudes, las derrotas y entre las victorias. Depende de nosotros transformar a los hombres en héroes y sus heroicidades en continuidad.
Y entre lágrimas y con admiración sonrío yo por la gran mayoría de los venezolanos, quienes han sostenido tanto tiempo a este admirable líder, incluso en medio de los peores momentos. Ellos seguirán, seguramente, demandando que no se destruya el modelo construido, aún en medio de las peores conspiraciones.
Gracias Hugo Chavez Frías, por la esperanza que le diste y le darás a Latinoamérica con tus acciones, con tus pensamientos y con tus palabras.