domingo, 11 de enero de 2015

DEL MAYO AL ENERO FRANCES



En 1968 millones de estudiantes y trabajadores se movilizaban por los derechos laborales, por una nueva dirección económica y educacional del país y el mundo, nuevas políticas y en contra de la guerra de Vietnam, el fin del apartheid en Sudáfrica, el fin de la discriminación hacia los negros en EEUU, un socialismo democrático o el fin de los colonialismos. El trabajador como el sujeto social, como identidad mundial, sin barreras religiosas, raciales, idiomáticas o limítrofes.

Hoy se movilizan un millón de personas por la libertad de expresión. 
Las movilizaciones parecerían, en principio, que se produjeran por los mismos motores existentes en 1968 pero 47 años no pasaron gratuitamente.

Actualmente no se contempló ese millón de personas en contra de la guerra de Irak, los bombardeos a Afganistán o Yemén, la venta de armas en Congo o Somalía, en contra de los corruptos negocios de las petroleras francesas en Angola, Birmania, Nigeria, Gabón, República Democrática del Congo, Rep. Popular del Congo, con el apoyo a gobiernos que no respetaban los derechos humanos. Tampoco en contra del bombardeo a Libia, la presión ejercida por Francia a empobrecidos países de la Unión Europea como Grecia, de que los gobiernos franceses apoyaron a ISIS y células de ALQAEDA  (que aclaremos que ISIS es un desprendimiento de ALQAEDA en el 2006 y no son lo mismo) al principio para derrocar a Bashar Al Assad en Siria o la discriminación a los extranjeros en Francia, como la expulsión de 15.000 gitanos. 

Y con slogans heterogéneos, prima la estigmatización al Islam y en la participación de Sarkozy y Hollande (que no dudan en recortar gastos públicos, independientemente que sean de derecha o izquierda) se visualiza una implícita aceptación de políticas policíacas futuras internas y externas legitimadas por el miedo y esa estigmatización, aún a pesar que se esbozan viejas expresiones de libertad, fraternidad e igualdad, expresiones que historicamente se intentaron respetar internamente pero no hacia el afuera de las fronteras francesas (ver el histórico colonialismo francés, e incluso la posterior actividad empresarial internacional en la era posterior a la caída del Muro de Berlín y su etapa neoliberal).

No hay duda que entre dos posturas fascistas (El estado francés y ALQAEDA ) el ataque hacia humoristas, que encima eran de izquierda, debe ser rechazado. Pero dudo que el resultado final sea paz y mayor seguridad para todos mas allá de un sector de la ciudadanía francesa mientras no se ponga en duda nuevamente la identidad de clase, la naturaleza de los medios y modos de producción y la autoridad de un estado que representa mas a corporaciones, empresas e intereses de las potencias occidentales que poco o nada tienen que ver con la ciudadanía. con la clase trabajadora.