sábado, 20 de agosto de 2011

Rescatando a Sebastián Piñera



En el año 2011 un grupo de políticos tradicionales y banqueros chilenos quedaron atrapados en una mina. Desde los años setenta estos políticos, inversores y banqueros se introdujeron en profundas cuevas subterráneas fagocitando del sistema educativo parte de la energía vital que necesitaban para vivir, manteniendo a su pueblo bajo una especie de oscurantismo cultural. Solo los mas pudientes pudieron acceder a una educación universitaria.
Para no ceder hacia una educación pública genuina, se aplicó un sistema de créditos que condicionaba u obligaba de hecho a los estudiantes a contraer préstamos que deberían pagar casi de por vida para mantener su educación universitaria. Con una educación bancarizada, con aranceles de alto costo y privatizando la mayor parte de la educación secundaria se construyó un pequeño pero importante imperio monetario considerando a la educación como un "bien de consumo" (según expresiones del mismo Piñera).
Ni la centro izquierda ni la derecha hicieron mucho por modificar el sistema. Estos "topos" de la vida institucional, que erigieron el crecimiento macroeconómico con la minería, la inversión extranjera y la privatización como pilares del mismo, no dudaron en transformar a todo ser vivo en un valor económico que hundió a la nación en una profunda división de clases sociales que incluyó el nivel educativo.
Sin embargo, un pequeño grupo de estudiantes descubrió donde estaban las bocas de entrada de estos "Topos", marcharon en manifestaciones mas grandes hacia allí acompañados por docentes y trabajadores, y bloquearon las salidas. Alarmados, los "Topos" enviaron notas a la superficie con la leyenda "estamos vivos" y dieron el alerta a sus medios policiales que heredaron de la Dictadura de Pinochet el concepto de reprimir sin preguntar.
Pero a pesar de la represión los estudiantes siguieron taponando las salidas solicitando para la liberación de los "Topos" una educación igualitaria y gratuita financiada por el estado para todos los chilenos. No solo bloquearon las salidas sino que se organizaron para informar a los ciudadanos de lo que estaba ocurriendo de una manera eficiente.
Los "Topos" resisten en sus túneles, buscando algunos agujeros que le den la oxigenación necesaria para golpear y negociar pero sin perder los privilegios económicos que obtienen gracias a este sistema educativo pérfido, discriminatorio e ineficiente. Las manifestaciones crecen, las salidas se bloquean y nadie parece querer rescatar a los "Topos Atrapados". Ni siquiera se están construyendo escapes de emergencia o tubos de rescate. La gente no les manda notas cariñosas de aliento, nadie les desea buena suerte, no hay amantes esperando por su amor y ningún sujeto se prestó como voluntario para ir a buscarlos. Y los levantamientos hasta se atreven a ir por más que el aspecto educativo de la nación.
Los "Topos" resisten, pero Chile también. Aunque nadie parece querer salvar a la clase política tradicional chilena y a sus socios empresariales y banqueros, salvo los uniformados de siempre.

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