sábado, 12 de noviembre de 2011

La Peste Avanza en Europa



Nuevamente, como con la Peste Negra, una enfermedad letal invade Europa y otra vez mas se acusa a las pulgas de las Ratas como causantes de este flagelo. Exactamente, como en 1348, se sospecha que las estas pulgas transportan un mal cuya incubación es lenta y progresiva, pero su contagio es rápido y letal. Aunque esta versión de la peste negra tiene algunas diferencias de aquella que tomó a la Europa desprevenida: Esta ataca a las clases bajas y medias, pero principalmente a sus clases dirigentes. Los especialistas la llaman ahora... La Peste Blanca.
Grupos de médicos y especialistas en epidemiología se trasladaron hacia Europa para conocer el origen de la enfermedad y los vectores del mismo. Luego de arduos análisis han encontrado algunas eslabones que pueden dar una explicación sobre como se inicia la cadena de contagio y tal vez así encontrar una vacuna o cura.
Según parece, luego de la caída de la Unión Soviética, se generaron las condiciones ecológicas ideales para la propagación de ratas, dado que el paradigma económico se centralizó en el neoliberalismo y la filosofía en la codicia.
Cientos de ratas bancarias y financieras se propagaron por el mundo, devorando a su oposición, desequilibrando la balanza de fuerzas y llevando consigo unas pulgas que especulaban con las bolsas del mundo, los mercados e incluso manejaban los hilos del poder real. Mientras las ratas invadían todos los mercados mundiales, las pulgas se encargaban de ganar dinero a cambio de la sangre que absorbían de los trabajadores del mundo. Estos parásitos invadían los cerebros de los sujetos ofreciéndoles unos efectos placebos que originaban a estos la sensación de seguridad y el placer del consumo, transformando a los humanos en seres completamente individualistas.
Al mismo tiempo, las ratas (que en un principio se sospechaba que llegaban de EEUU pero al parecer son ratas globales y sin bandera) devoraban lentamente las neuronas de sus gobernantes haciéndolos incurrir en grandes y costosos gastos bélicos para la obtención de otros de los recursos fundamentales para las pulgas: el petróleo, el gas y las ganancias de las gastos bélicos del estado. Para las ratas y las pulgas todo es comestible y factible de especulación financiera: Comodities, bonos de la Deuda de los estados, Préstamos hipotecarios de todas las líneas, Industria, cibernética, Medios de comunicación, Telefonía, Créditos a estados, empresas e individuos, bancos, recursos mineros y naturales, medicamentos y servicios de salud, acciones de empresas, todo. Su capacidad alimenticia no tiene límites. Y su flexibilidad a los cambios de hábitat sorprenden.
Pero el virus se incubó durante mucho tiempo y de golpe se comenzaron a observar sus síntomas: los ciudadanos de EEUU empezaron a perder sus viviendas y sus trabajos, y la falta de servicios de salud agravaron su situación. Los efectos se propagaron por Europa y al principio se observó a los Islandeses con los primeros efectos de la enfermedad. Las pulgas y las ratas se habían devorado sus viviendas, sus trabajos y sus ahorros, y miles de enfermos salían a las calles a reclamar por sus derechos. Luego apareció la enfermedad en Túnez, también Egipto... países periféricos, con dirigentes autócratas y pueblos empobrecidos, que fueron los primeros que evidenciaron la crisis y la vulnerabilidad al contagio. Dicho contagio siguió en los países de medio oriente, donde la crisis política y religiosa se mezcló inmediatamente con la económica. Pronto la peste desembarcó en Europa, en Grecia, donde cientos de miles de enfermos salieron a las calles en busca de las ratas y pulgas que habían generado esta enfermedad. Continuó España, Italia, Portugal, Irlanda y finalmente se expresaron rebrotes en EEUU. La enfermedad era mundial y los enfermos eran los Indignados.
Pulgas Parásitas y Ratas aún se resisten a ser desplazadas del lugar que se "han ganado". Sus rehenes y socios, los gobernantes tradicionales, alejan a los enfermos de sus palacios con el uso de la represión a través de sus fuerzas policiales que usan cascos y bastones para evitar se contagiados, abandonar sus uniformes y así unirse a los civiles. Despidos y recortes presupuestarios debilitan aún mas a los trabajadores pero al mismo tiempo fortalecen sus convicciones. Los parásitos, en los gobiernos de EEUU y la Eurozona, insisten con reclamar la sangre de los trabajadores y sacrificios humanos de donde obtener su energía vital.
Pero en estas semanas la enfermedad ya se va cobrando otra víctima entre la nobleza, entre la oligarquía, la aristocracia: Silvio Berlusconi, Líder de la República de Italia. Como en Túnez, en Egipto o como lentamente se está evidenciando en Grecia, la enfermedad avanza, destruyendo gobiernos y sistemas. Y aunque los parásitos son reemplazados por otros, según los especialistas la cura no está en una vacuna milagrosa, sino en los mismos cambios de hábitos urbanos que impidieron la llegada de nuevas oleadas de ratas y pulgas infectadas luego de la peste negra con posterioridad al siglo XIV. Esto significaría un cambio de orden mundial que seguramente estará en la mente y el corazón de los pueblos.

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