Desde el siglo XV, cuando el empalador Vlad Tepes fue asesinado en Valaquia, cientos de vampiros de la Orden del Dragón (vieja casa germánica encargada de defender la cristiandad contra los musulmanes) emigraron a Rusia y se relacionaron con su nobleza hasta alcanzar el máximo poder, el poder del Zar.
Ya en el siglo XVI Iván el terrible ingería energías de siervos, quienes le ofrecían entre sus tributos su sangre al poder real. Iván se enfrentó a nobles rivales, los boyardos, otros vampiros iguales a él pero de una segunda línea generacional. También enfrentó a los antiguos rivales de Vlad, los otomanos y los tártaros de religión musulmana.
Entre el siglo XVII y XVIII Pedro el grande, en búsqueda de sangre nueva, intentó buscar rutas marítimas y por ello fundó la ciudad puerto de San Petersburgo. Se enfrentó a los suecos a los cuales venció en la batalla de Poltava y luego de dicha batalla bebieron helado de glóbulos rojos, dado la fría temperatura de los cuerpos escandinavos. En el siglo XVIII la antigua Orden del Dragón Germana se unió nuevamente a los vampiros rusos con el ascenso al poder de Catalina. Esta sufrió el levantamiento rural de Pugachev que fue cruentamente reprimida y la sangre de los campesinos nuevamente usufructuada.
En el siglo XIX se creó el marxismo en Europa y la idea de poner fin al consumo de sangre por parte de los vampiros proliferó en Europa en las clases trabajadoras y campesinas. Se creó una bandera roja en tono a la sangre que perdían los obreros y se inventó un escudo comunista, representada por un martillo y una estaca, arma fundamental para finiquitar la pseudo-vida de estos seres malignos.
Armados con cabezas de ajo, martillos y estacas, líderes rusos como Lenin, Trotsky y Stalin tomaron el poder y fueron eliminando uno a uno a estos vampiros zaristas. Trotsky ingresó al palacio de invierno donde pernoctaba Nicolás II y luego de una dura lucha entre ambos León pudo ingresar la estaca en el pecho de Nicolás dando fin a cientos de años en el poder.
Sin embargo, a la muerte de Lenin a manos de un zombie que le devoró el cerebro, Stalin derrotó a Trotsky quien tuvo que emigrar. Tiempo después fue asesinado en México por un Nosferatu que llegó al país en su ataúd transportado en un barco. Disfrazado de Diego Rivera mordió el cuello de León quien perdió su vida de esa trágica forma. Stalin derrotó a una invasión de la orden del Dragón con grandes pérdidas, pero su paranoia generó que sospechara de todo el mundo pensando que eran vampiros confinando a un gulag a cualquier persona que pareciera ser aquella patética creación de la naturaleza.
Luego de aproximadamente 80 años en el poder, los comunistas fueron desplazados y lentamente algunos vampiros que se habían refugiado en Siberia fueron volviendo a la ciudad Capital, aunque hoy conviven naturalmente entre ex comunistas y vampiros dividiendo su tiempo entre ganar dinero y tomar sangre de la gente.
A pesar de todo, algunos sospechan que el cuerpo de Lenin que descansa embalsamado en el kremlin, tiene algo de sangre vampira y que en realidad esta esperando el primer estímulo para levantarse, tomar el poder y eliminar a los viejos vampiros y ex comunistas que equivocaron el camino victorioso que le ofrecía la Unión Soviética.
Siga así Luckifer
ResponderEliminarLimansh
Muchas gracias...
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