jueves, 28 de abril de 2011
La Boda Real (El tratamiento que se merece)
Mientras los aviones británicos bombardean con misiles matando a miles de Libios, los medios de comunicación bombardean con noticias sobre el casamiento entre el Príncipe Guillermo de Gales y Kate Middleton. Todas las cámaras de TV y prensa están apuntadas al casamiento por iglesia y el recorrido de la pareja por las calles de Londres.
Sin embargo, la realeza se reservó los festejos de una forma ultrasecreta. Han descubierto la manera de resucitar a algunos muertos por unas horas y aprovecharon este evento para elevar de la tumba a una serie de personajes emblemáticos de la corona británica y su historia. Sin embargo los hechos que se produjeron no eran los que se esperaban.
Ansiosos de probar la novedosa invención, la realeza con ayuda de los servicios secretos británicos realizaron un listado de los invitados a resucitar. La primera que surgió fue Lady Diana... pero al nombrarla, el príncipe Carlos de Gales, padre de Guillermo, comenzó a toser, se indispuso y vomitó fragmentos de pollo mientras Camila intentaba darle alguna ayuda. Definitivamente, el servicio secreto tachó su nombre. Pero todos estuvieron de acuerdo en invitar a los emblemáticos: Winston Churchill, Leonor de Aquitania, Ricardo Corazón de León, la reina Victoria, la reina Isabel, Eduardo VIII, Jorge III y el Duque de Wellington. También revivieron a Guillermo Tell, Robin Hood y Francis Drake. Conjuntamente revivieron a Sid Vicius y a Jim Morrison para que le dieran mayor energía juvenil a la fiesta. Y como necesitaban un cura... intentaron resucitar a Jesús, pero este ya había resucitado hace tiempo.
La fiesta comenzó con el elegante ingreso de los recién casados. Luego del baile protocolar todos se sientan en la mesa. Cuando habían pasado los primeros platos aparecieron los resucitados. Los aplausos, la sorpresa y la admiración fue general.
Sin embargo... Ricardo Corazón de León, apenas ingresado, se enamoró perdidamente de Kate Middleton y solo gracias a los forcejeos con su madre, Leonor de Aquitania, se evitó que Ricardo abusara de la recién casada. Enfurecido por la frustración, se sentó en una mesa y comenzó a pedir vino. Mientras tanto, Winston Churchill tomaba el micrófono para realizar un largo discurso para blasfemar al príncipe Carlos por pusilánime. Eduardo VIII intentaba convencer a los invitados sobre los beneficios del nazismo y de la buena fe de Adolf Hitler de sus intenciones. Jorge III, aturdido por su esquizofrenia, le disparaba con su pistolón a los teléfonos celulares pues no entendía de donde salían las voces.
En el otro lado del salón las reinas Victoria e Isabel luchaban al lado de una fuente con mousse de chocolate. La lucha se hizo tan intensa que se formó un lodo de chocolate el cual fue rodeado por los invitados. La lucha era intensa y de la confusión solo se contemplaban movimientos y miembros estremezclados. Jim Morrison y Sid Vicius comenzaron a ingerir whisky y deliraron al punto que se empezaron a mofar de Guillermo robándole la gorra de las fuerzas armadas que tenía en su poder.
Oculto en la oscuridad, Francis Drake se dedicó a robar todas las riquezas que tenía a su alcance con ayuda de Guillermo Tell y Robin Hood. Sin embargo, estos dos últimos salieron a la calle y comenzaron a repartir parte del botín a la muchedumbre, muchos de los cuales eran desocupados afectados por la crisis económica. Para finalizar con una hecatombe sin igual, el Duque de Wellington ingresó al salón con su caballería buscando a algún francés infiltrado en la fiesta.
Pero cuando el descenlace terrible parecía asegurado, ingresa por la puerta principal Lady Diana, quien por error también había sido resucitada. Diana saluda a sus hijos, felicita a los novios con un beso y les indica que dejen de gastar tanto dinero innecesariamente y terminar con la mentira de la monarquía en tiempos que los títulos de nombre ya no tenían fundamento alguno.
Los resucitados se retiran para volver a sus estados naturales con una familia real emocionada por lo sucedido. Entonces...
Príncipe Guillermo de Gales: "Esto es muy emocionante... (espacio de silencio general). ¡Bueno! ¡Que siga la fiesta!"
Bueno... Los Windsor y las casas reales no cambian nunca...
lunes, 18 de abril de 2011
El Hombre Gris
La tarde iba muriendo sobre la Ciudad de Buenos Aires y la oscuridad iba ganando territorio sobre la luz de forma lenta y progresiva. La ciudad se iba iluminando artificialmente y sus avenidas comenzaban a reflejar el brillo de la noche. Sobre ese pavimento, Michel Foucault, desdibujaba su destino rodando sobre su auto en movimiento. Sin embargo, harto de la determinación y el poderío impuesto por los semáforos en rojo, decide atravesar las líneas de prohibición evitando respetar estas señales de control.
Luego de infringir varios semáforos es perseguido y arrestado por la policía federal:
Foucault: "¿¡Porqué me detienen!? No he transgredido la ley, he destruido el concepto social de verdad y he triunfado contra los condicionamientos que existen sobre hombre.
Policía: "Ah... Michel Foucault... Veo que tiene varias contravenciones y muchos delitos en su cuenta... Liberó a unos locos de sus neuropsiquiátricos, ayudó a escapar a unos presos de la cárcel... Sus días de delito se detienen aquí"
Foucault: "Policías... Instrumentos del poderío gubernamental, partes del control estatal, construcción de la estructura social sobre el ser que impone sus condicionamientos y determinismos para controlar, reprimir y dominar... No entienden nada, se piensan sujetos independientes de toda determinación y son tan oprimidos como yo. ¡Tengo derecho a trasgredir los límites que me impone la sociedad pues la historia es un terreno de lucha donde no existe la verdad absoluta, ni siquiera nosotros mismos somos reales!"
Policía (transmitiendo en handy): "Central... Tengo un sujeto, individuo caucásico, extranjero, presumiblemente alcoholizado y con efectos secundarios por ingestión de estupefacientes... envíe un móvil para su detención pues se presenta en clara rebeldía con la autoridad... cambio."
Foucault: "Yo sujeto, ustedes autoridad. Observen como juegan los conceptos de poder y las fronteras de su retórica. Las imposiciones lingüísticas que obstaculizan su aparato conceptual y su dialéctica. El poder los ha convencido a tal punto que creen que el rojo es el símbolo cromático para detenerse, que con el amarillo hay que ser cautos y que el verde es la señal para avanzar. Legitiman una idea impuesta bajo el amparo de su supuesta racionalidad, esa verdad aparente que dicta que estos colores significan algo, que se llaman así e incluso que existen ¡Basta! ¡El hombre ha muerto! Hay que comenzar a analizar el porqué somos como somos y no porqué soy como soy.
Policía: "¿Hay un hombre muerto? ¿Usted ha matado a alguien? ¿Reconoce un asesinato...?"
Foucault: "No... la estructura, los infinitos factores que movilizan y limitan las acciones del hombre en sociedad hacen imposible el análisis del mismo como individuo libre e independiente. Dios ha muerto... también lo ha hecho el hombre".
Policía: "Central... agreguen personal psiquiátrico y unidad de bomba... También peritos criminales. El detenido alega haber asesinado a un hombre, quizás un cura y como nombró una estructura, tal vez haya puesto una bomba. Esto puede ser grave..."
Foucault: "¡No! ¡No!"
Agobiado por la extraña discusión con el personal policial, Michel sufre un ataque de ira. Transpira, grita y destruye parte de su indumentaria. Procesos naturales y químicos en su morfología corporal incrementan la musculatura y la dimensión de Michel. Los policías, testigos y curiosos se sorprenden primero y, acto seguido, inician la huida. Michel, transformado en el "Hombre Gris", destruye estructuras, monumentos históricos que recordaban a individuos como si fueran los responsables directos de sus hazañas sin tener en cuentan la multiplicidad de los hechos históricos, pisotea autos patrulleros (símbolos del control policial), rompe ambulancias y finalmente... se detiene frente al semáforo, ese símbolo criminal que coarta su libertad: lo observa detalladamente y en una acción de fuerza desmedida destruye la señal lumínica de tránsito. Cuando estaba a punto de destruir la casa de gobierno, ante la impotencia del ejército para detenerlo, es interrumpido por Jean Paul Sartre quien le indica que se estaban vendiendo copias piratas de sus libros en parque Rivadavia. Foucault decide cambiar de rumbo pero se hunde en el barro de la multiplicidad de la historia y sus hechos, donde queda solidificado.
El gobierno decide hacerle un monumento a Foucault para recordar la cantidad de conceptos teóricos vertidos por el mismo y, para ahorrar en gastos, usa el cuerpo embarrado del filósofo que hoy es contemplado en Plaza Martín Fierro donde muchas veces cumple la función de segundo palo de un arco en los "picaditos" de fútbol de los pibes barrio.
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domingo, 3 de abril de 2011
Peter Chang
Peter Chang era un niño que vivía en el "País del Nunca Jamás", una ciudad perdida en el medio de los bosques chinos. Un día se acercó a la Capital China, Beijing. Era acompañado por Campanita, un hada socialista que había sido castigada a ser enana de por vida por detener un tanque del ejército Chino que se dirigía a reprimir a manifestantes que reclamaban por apertura política. Se acercaron a una fábrica donde trabajaban decenas de niños.
Peter Chang: "Campanita, no entiendo nada. Salimos del bosque pensando que China era un país verdaderamente socialista y nos encontramos con niños esclavizados".
Campanita: "No lo comprendes Peter porque en el País del Nunca Jamás no podes crecer y, por lo tanto, se te dificulta entender la vida de los adultos. Pero voy a intentar explicarte...
Posterior al distanciamiento del maoísmo con la URSS, luego de la muerte de Mao Tse Tung, con la decadencia y caída de la Unión Soviética y luego de los reclamos por apertura democrática en la plaza de Tiananmen y el creciente aislamiento chino, este país decidió realizar una apertura económica comenzando a exportar productos industriales elaborados compitiendo contra Japón, Taiwán, Corea y las potencias de occidente.
Peter Chang: "Entonces hay mas libertad que antaño, podremos salir del bosque!"
Campanita: "No, Peter! No! Hay apertura económica pero se mantiene la misma burocracia política! Peter!"
Peter se introduce en la ciudad y es contratado por el "Capitán Garfio" para trabajar en un fábrica de chips para teléfonos celulares. Trabaja 12 horas al día con pocas horas de descanso. Allí conoce a una niña llamada Wendy y a varios niños más.
Peter: "¿Pero porqué no podemos jugar? ¡Tenemos una vida de personas adultas!"
Wendy: "Este es el motor del crecimiento chino, Peter Chang... Dicen que esto nos hace potencia mundial"
Peter: "No me gusta, tenemos que escapar".
Ayudados por Campanita los niños escaparon por una ventana. Perseguidos de cerca por el Capitán Garfio, los niños logran escapar volando. Luego de la sorpresa por levitar de todos los niños menos de Peter, huyen nuevamente al País del Nunca Jamás donde vuelven a ser niños y socializan de forma genuina sus medios de producción. Sin embargo, Peter ya había sido corrompido por el sistema. Pronto se transforma en un empresario multimillonario e inaugura un parque de diversiones semejante al de Disneylandia llamado "El Parque Capitalista Socializado del Nunca Jamás". También vende los derechos de su historia a "la cadena Warner" y comercializa su energía de levitación para la fabricación de armas de destrucción masiva.
Piromaníacos S.A. y S.S.
Preocupación en el mundo por un spot publicitario en algunos diarios de Estados Unidos donde presentaban su actividad piromaníaca con estas palabras:
"Quema de brujas, quema de banderas, quema de seres humanos, (fundamentalmente "negros"), quema de nuestros propios buques para culpabilzar a alguien e ingresar en una guerra, quema de presidentes que se acerquen al progresismo, quema de libros religiosos como el Corán... Ku Klux Klan S.A. and S.S. Ustedes nos incentivan y nosotros hacemos el trabajo".
Al parecer, no contentos con una guerra en Libia que absorbe nuevas cantidades de presupuesto nacional que irán a parar a los bolsillos de unos pocos inversores y empresarios armamentísticos, este grupillo de pirómanos camuflados en trajes de pastores evangélicos protestantes incendió un Corán y provocó un levantamiento social/político en Afganistán que nadie sabe como puede concluir.
Históricamente algunos grupos del país del norte se han visto atraídos por el fuego para generar hechos y se espera todo un pastillero psiquiátrico para paliar estas acciones, aunque el proceso de recuperación será esencialmente interno.
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