lunes, 21 de febrero de 2011

1848



Silvio Berlusconi y Muammar Al-Gaddafi, asediados por la presión social en sus respetivos territorios gobernados, se trasladaron a la corte de Napoléon III de Francia (R.1851-1870) para pedir consejos de como sobrellevar una revuelta popular como la de 1848 pero, sin embargo, salir airosos y con poder.
Napoleón llegó a recibirlos al aeropuerto de París para luego invitarlos a tomar el té en el palacio de Versalles.
Napoleón III: "Señores... estoy leyendo en los diarios de Internet que sus respectivos poderes están sufriendo de las mas variadas presiones. Me imagino que habrán venido para que les de mis consejos... ¿En qué puedo ayudarlos?"
Silvio Berlusconi: "Sr. Emperador. Usted sabe la admiración que le tengo a su tío, Napoleón y también a usted. Es por ello que vengo a pedir consejos pues el pueblo cada vez rechaza mas mi vida licenciosa respecto a las mujeres sumado a la crisis económica que sufre mi país que dificulta el acrecentamiento de las ganancias de mis amigos empresarios. Ya no se mas que recortar y de donde sacar dinero..."
Muammar Al-Gaddafi: "En mi caso el pueblo y la oposición se han levantado en mi contra, contagiados por las revoluciones de Túnez y Egipto. Ponen en duda la legitimidad de mi poder".
"Napoleón III": "Señores... vamos en orden. Silvio, tanto usted como yo sufrimos de debilidad por las mujeres y se nos conocen miles de historias con el sexo opuesto. Por supuesto que vendrán feministas, zurdos y defensores de los derechos humanos a criticarnos, pero lo importante es que le demos algo a la gente para que tome estas aventuras como algo cómico, en especial en el identitario masculino, y no algo que pueda ser aprovechado por la oportunista oposición. Sacá algo de tus millones de dolares para hacer campañas benéficas y así limpiar tu imagen, aunque sea un poco...
Y tú Gaddafi... en vuestro caso has estado decenas de años en el poder. Le voy a ser sincero... lo veo tan agonizante políticamente como Luis Felipe I de Francia en 1848. Pero dependerá de como maneje unificadamente a la oposición para dividir las corrientes bilateralmente y le de participación al ejército en el momento preciso y no anticipadamente. Y no tenga miedo en pedirle ayuda a sus antiguos enemigos y hoy aliados, como EEUU... Yo me hice amigo de Inglaterra, el peor enemigo de mi tío, y mire usted... soy un Emperador Bonaparte...
Señores... yo al principio apoyé a la revolución y a la república en 1848, pero luego me di vuelta como una media. Apoyé a los sectores burgueses industriales y me gané el apoyo de Inglaterra. Luego hice lo que quise: envié a un emperador a México, le declaré la guerra a Rusia, tuve colonias en África y luché contra los austríacos en Italia supuestamente para defender a la unificación italiana, pero en realidad quería ducados amigos, territorios y nuevos negocios. Hay que ser oportunistas y tener cintura, muchachos... Media pila... Careteenla un poco..."
Gaddafi: "Realmente sus comentarios son brillantes..."
Berlusconi: "A mí me sirve mucho..."

(Ingresa secretaria al despacho)
Secretario: "Sr. Emperador. Sus ejércitos han sido derrotados en Sedán por fuerzas prusianas, ha sido relevado de su puesto de Emperador, Inglaterra lo dejó solito y se produjo un levantamiento de la comuna de París"

Napoleón III: "Bueno, señores. Vamos tomando el helicóptero... el ex presidente argentino De La Rúa, el tunecino Ben Alí y el egipcio Mubarak nos consiguieron boletos de lujo en el mismo transporte que ahora irá pasando a buscar a otros presidentes. La pasaremos fantástico todos juntos..."

-El helicóptero se aleja de París, mientras una muchedumbre enardecida de la comuna de París, fastidiada del sistema económico y político toma las principales calles de la ciudad. La reunión si para algo sirvió es para ahorrar gastos en la nafta del medio de transporte aéreo-.

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