jueves, 13 de enero de 2011

El Bar de la Esquina



En un bar de Villa Crespo, en la Ciudad de Buenos Aires, Sigmund Freud, Agustín de Hipona y Martin Lutero se encuentran para tomar un café.
Luego de los saludos oficiales, Sigmund abre el diario y realiza un análisis minucioso sobre la calidad futbolística de Huracán, el club que no solo ha invadido su conciencia sino que también ha desenterrado sus sueños de la profundidad del inconsciente.
Sigmund: "He encontrado la causa de gran parte de las penas del ser humano como individuo. He descubierto a la culpa como gran responsable de los trastornos psicológicos de un sujeto. Y he visto como la influencia familiar y el contexto social pueden verse condicionados por la naturaleza del hombre. Pero jamás encontraré la explicación de mi pasión por Huracán. Como un elemento tan simple como un balón puede generar tanta emoción y sinergia social. ¿Ustedes creen que la pasión pueda influir en el juego, en un deporte colectivo"?
San Agustín: "Como Santo, hincha de San Lorenzo, puedo decir que si uno puede contener el dolor por sus ideales y su religión, como lo ha hecho la francesa Juana De Arco antes de ser quemada en la hoguera, también puede generar influencia en el juego colectivo como lo ha hecho ella en la batalla de Orleans contra los ingleses. La motivación es fundamental. Es por ello que me parece muy importante no solo el aliento, sino también en la energía pasional que puede ofrecer una hinchada en su conjunto".
Lutero: "Tenes razón... Como hincha de Racing y Protestante puedo hablar tranquilamente de sufrimientos. El tributo que ofrece el hincha me hace acordar a las presiones sufrida por los siervos cada vez que debía distribuir sus ganancias para satisfacer las demandas de la nobleza y el papado. Y muchos miembros de la Asociación del Futbol Argentino me hace acordar al papado, a la corrupción y la ambición de la familia Borghia".
Freud: "Pero Martin, sin ánimo de agredirte, cuando se rebelaron los siervos has apoyado el orden de autoridad social y te has mantenido al margen de reformas mas profundas para la eliminación de la servidumbre. ¿No tenes culpa por ello? ¿No queres psicoanalizarte? No te cobro, eh..."
San Agustín: "O confesarte... de acuerdo a como lo mires los dos te ofrecemos el perdón por tus pecados para que puedas sobrevivir con esa culpa y al mismo tiempo poder ir a ver a Racing sin sufrir tanto.."
Lutero: "No! Yo converso con Dios y mis pláticas con él son individuales. No necesito ni iglesias ni terapias. Necesito ver a once jugadores jugando buen futbol o simplemente poniendo garra en cada pelota dividida".

Mozo: "Señores... el café y las facturas..."
San Agustín: "Oh... bendigo este pan porque es el cuerpo en sacrificio de nuestro señor..."
Lutero: "¿Todavía crees en esos términos la transubstanciación...? Estás fuera de onda..."
Freud: "Ya dijimos que de política no hablamos en la mesa, muchachos. Vamos a terminar a los botellazos. Cambiemos de tema".
Lutero: "Ok. Tu mujer como está...?"
Freud: "Me separé... No puedo dejar de idealizar a mi madre y, por lo tanto, no encuentro a la mujer ideal"
San Agustín -se hace la señal de la cruz-: "¡No has pensado indisolubilidad del matrimonio! Os perdono, Sigmund...! Pero tambien te entiendo..."
Freud: "Gracias..."
Lutero: "Tomalo con tranquilidad, Sigmund... Yo me casé de grande, luego de la reforma protestante, y no es tan malo encontrar a la mujer de uno a tan avanzada edad. Es mas, uno tiene mas experiencia. Perdón... mozo! Este café está frió... sirva otro por favor..."
San Agustín: "Bueno, muchachos. Empieza Atlanta-Chacarita. ¿Quién juega de 9 en el Bohemio...?"
Freud: "Espera. ¿Quién es el borracho que está tirado en la mesa rincón?"
Lutero: "Ey! Fiedrich Nietzsche! Dejá de tomar ginebra y pensar en el existencialismo...! Vení a ver el partido con nosotros...!
San Agustín: "Dale que viendo a Atlanta te has percatado empíricamente del Nihilismo de la sociedad... -Risas de todos-

Un ebrio Nietzsche se acerca tambaleando a la mesa y Lutero le invita otro café para despabilar al filósofo. Como juega Atlanta "Fede" intenta concentrarse en vano, dado que su cabeza cae una y otra vez sin equilibrio.

Lutero: ¿Vos tenes el teléfono de la hermana?
San Agustín: "¿Vive con la hermana? Oh... padre nuestro..."
Freud: "Dejá, yo lo llevo. Tengo el auto estacionado acá enfrente. ¿Vamos Fede? ¿Podes caminar?
-Nietzsche intenta balbucear pero no logra emitir un sonido lógico-
Freud: Chau, muchachos! Los veo luego...

San Agustín, Lutero y los mozos saludan. Freud detiene su partida solo para contemplar el gol de Chacarita en una jugada hipoteticamente en off-side. Nietzsche no se ha percatado de la mala noticia.

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