jueves, 20 de enero de 2011

Stand Up con Guillermo el Conquistador



Show de hoy: "El Medievo y el olor a culo"

(Ingresa "Guillermo, el conquistador" al escenario. El público recibe al humorista con aplausos y gritos. Guillermo comienza su show de monólogos humorísticos).

"Buenas noches, señoras y señores. Ustedes ya me conocerán... -observa al público en silencio por unos segundos- No, no soy George Clooney ni Leonardo Di Caprio, aunque mi estética pueda maravillarlos (risas). Soy Guillermo, el Duque de Normandía. Algunos me recordarán porque vencí a los anglo-sajones en la batalla de Hastings en 1066 invadiendo la isla británica luego de cruzar con mis buques de guerra. También sabrán que mi intervención ha modificado las estructuras de poder político en dichos territorios. Otros conocerán también que sufrí de peritonitis y que en mi funeral se cayó un candelabro con velas en mi cuerpo hinchado reventando mis intestinos originando la repulsión y el vómito general en los presentes. (Algunas mujeres se tapan la boca sorprendidas por la información).
Pero estos detalles no me llaman ahora... resultaría aburrido comentar como crucé el Canal de la Mancha y derroté al Rey Harold de Wessex...
Hoy quiero hablar sobre el olor a culo en edad media. Por favor... ayer conversaba con un grupo de damas en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y me comentaban que amaban los trajes de la era Feudal, que les encantaría usar esos escotes y peinados tan bien diseñados en los palacios y fiestas señoriales. Que les gustaría cazar y andar a caballo sin despeinarse y parar en medio del bosque para almorzar lo que han cazado. Pero les voy a contar una cosa... Si llegan a venir al medievo no podrían sobrevivir ni dos segundos. No solo porque no podrían hacer ni un kilómetro sin temor a ser asaltadas, violadas o raptadas en los oscuros bosques de Europa, sino por el ambiente casi putrefacto que atacaba al olfato de un ser humano.
Tengan en cuenta que no teníamos mucho papel higiénico, tampoco teníamos inodoros modernos ni bidet, ni hablar de duchas con cañerías tan bien diseñadas y con el frío que suele hacer en invierno con suerte si nos bañamos cada quince días. No les voy a hacer memorizar que Luis XIV, el llamado Rey Sol de Francia del siglo XVII (posterior a nuestra era) se bañó no más de diez veces en su vida. Cualquier civilización considerada por nosotros como "Bárbara": árabes, mayas, incas, chinos, etc. era más limpia que nuestros hermanos europeos en aquella época y el concepto de limpieza se observa en su arquitectura. ¡Hasta los Cretenses del primer milenio antes de Jesucristo tenían baños y desagües, muchachos!.
Cuando cruzamos el canal de la mancha hacia la isla Británica no se imaginan el olor que había en esos barcos! Imaginense a seis mil hombres rudos y sucios atravesando el mar durante días! Ni la mas "sedienta" de las mujeres se atrevería a viajar con nosotros!
Y las pestes que había por la mugre. La peste bubónica que aniquiló medio continente llegó con las pulgas de los ratones que proliferaban en un ambiente pestilente de basura lanzada a las calles.
Y el sexo... Traten de dibujar en sus mentes llegar de una batalla, sacarse los metales de la armadura, luego las ropas interiores para protegerse del frío, luego desvestir a la dama de su corset, de sus largas vestimentas y después encontrar las llaves del cinturón de castidad puesto para que ningún pícaro se atreva a meter un retoño en nuestra descendencia. Cuando terminas lo único que querés es ver al Olimpic de Marsella contra el París Saint Germain por TV y luego irte a dormir previo "polvo solitario" leyendo cuentos soeces de Boccaccio... (Risas generales)
Y si llegaras a tener un hijo. ¿Uno? ¡Decenas! La profilaxis no existía y se te llenaba de "bastardos" como los que abundan en el reino reclamando mi fortuna y mi herencia!
Pero insisto, no hay nada mas feo que el olor a culo en el palacio. Uno sabe que se acerca el embajador de Venecia por la intensidad de su perfume mezclado con el hedor de sus intestinos en combustión interna. Y si vieran la cantidad de proteínas, calorías y carbohidratos que come uno en la mesa... ¡No se si se imaginan las consecuencias que podría tener ese estofado de jabalí en una mesa de negociaciones diplomáticas! Las mismas no se llegaban a terminar pues cada uno se quería ir de la habitación y declaraba para ello la guerra total. ¿Será por eso que la guerra de Francia e Inglaterra duró cien años?
¿Y el aliento? ¿Conocen algún enjuague bucal o dentífrico que se haya inventado en la edad media? Cuenta la leyenda que el aliento de Carlomagno luego de comer una sopa de cebolla podría llamar la atención al mismísimo Califa de Córdoba en España!
¿Y desodorantes? ¿Ustedes quieren oler lo que sale de mis peludas axilas...? (Guillermo persigue a algunos espectadores acompañado por la risa nerviosa de todos y terminada la cómica amenaza vuelve a subir al escenario).
Señores, Dante Alighieri escribió los capítulos dedicados al infierno basado en mis axilas!
Y señoras... las quiero ver a ustedes cada 28 días buscando un kiosco o una farmacia para comprar tampones o toallitas femeninas. ¡Serían perseguidas por cinco jaurías de lobos del bosque siguiendo los rastros de sangre! (Las mujeres ríen, pero ponen cara de asco).
Así que damitas... espero que hayan repensado vivir en nuestra era imaginando que los señores feudales eran más limpios e higienizados como los ven en las películas. Pero bueno, los voy a saludar uno a uno con un beso antes de despedirme y a la manera normanda! ¡Con un beso de lengua!

-Guillermo el conquistador baja nuevamente del escenario e intenta besar a hombres y mujeres por igual, que detienen la osadía con sus manos dado que se puede visualizar que sus dientes están recubiertos de acelga y lechuga además de pedazos de lechón que se perciben mal olientes y en estado fétido. Hecha la pantomima, Guillermo saluda y se retira del escenario con música de trompetas y tambores-

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