lunes, 30 de agosto de 2010
Gladiador II
1940, las fuerzas nazis han derrotado e invadido a Francia. Rodeado de sus legionarios cubiertos de sangre, corazas y espadas, El General Rommel, recorre las filas felicitando a sus soldados. A lo lejos se contempla un corcel blanco que atraviesa a la carrera el Arco del Triunfo de París. Traslada a Adolf Hitler.
Adolf Hitler: "General Rommel, lo ascenderé a Mariscal... pero he llegado tarde a la batalla".
Rommel: "Mi Furher, usted ha llegado tarde a la guerra..."
Adolf: "Mi Reino le agradece sus esfuerzos por defender su honor y su gloria, ahora se aceleran mis intenciones de generar un Imperio que dure mil años, sin judíos, sin comunistas, sin homosexuales ni gitanos, con una raza superior dominante"
(Rommel lo observa silenciosamente y se retira sin realizar comentario alguno, hecho que desagrada al Fuhrer).
La guerra continúa y las legiones de Rommel son trasladadas a combatir a las fuerzas inglesas en el norte de Africa. El Mariscal, con menos soldados y armamentos, controlan y persiguen hacia los límites de las fronteras libio-egipcias a los ejércitos británicos. Sin embargo, falto de municiones, combustibles y reservas, que Adolf se niega a conceder por los esfuerzos alemanes en el frente Ruso, a Rommel no le queda otro remedio que retroceder. Meses después es derivado a construir las defensas francesas en la llamada "Muralla Atlántica". Pero el Mariscal, harto de una guerra que no veía horizontes de finalizar con buenos resultados, se ve implicado en un complot para asesinar al Furher en el cuartel del "Nido de Águilas" en Prusia Oriental. La bomba no explota de la manera imaginada y el complot es desbaratado.
Hitler, enterado de la traición de Rommel, envía a arrestar al Mariscal quien es esclavizado y enviado a combatir en la arena del Coliseo de Berlín. Luego de que los leones devoraran a un grupo de prisioneros rusos, Rommel sale a la arena y combate con el gladiador Göring. A Rommel se le concede el uso de un tenedor mientras a Göring se le da toda la fuerza aérea "Luftwaffe" y varias divisiones Panzergranadier. Pero luego de una lucha desigual, Rommel los derrota a todos y en un movimiento inesperado se coloca sobre el mariscal Göring y le presiona el tenedor en su orificio anal. La muchedumbre pedía "muerte, muerte!", adorando el baño de sangre innecesario. Adolf Hitler, en un acto plagado de demagogia, coloca su pulgar señalando al suelo y el mariscal Göring pierde su orgullo que es paliado en su camarín con el consumo de morfina y cocaína.
Hitler se presenta en la cárcel donde se encontraba Rommel y le expresa:
"¿Vos me querés cagar la vida? ¿Crees que sos superior a mí? Me estás dejando en ridículo! Esto es inaudito! Yo soy casi una expresión de Dios en la Tierra y tú no eres nada!"
(Rommel, sentado sobre un cajón de madera, toma tierra entre sus manos y besa a unos muñecos de decoración de torta que representan a su club de fútbol favorito, el Werder Bremen)
Rommel: entonces... sí eres superior, "Adolfito". ¿A qué no te la aguantas en la arena? Te desafío... dale... O eres "Gallina"?
(Hitler odiaba que le digan gallina. Le tomó odio a los judíos porque tenía compañeros de trinchera de esa religión en la primera guerra mundial que le decían "gallina" para fastidiarlo).
Hitler: Yo no soy ningún gallina... y te lo voy a demostrar
Acto seguido Adolf Hitler se coloca una coraza de pelea de color blanca y decide salir a luchar contra Rommel. Sin embargo, el Mariscal había sido previamente envenenado dado que se tomó una sopa que pasó los filtros organizados por sus compañeros encargados de probar antes que él los alimentos.
Rommel sale tambaleando al campo de pelea. Es asediado por los costados por tigres, leones y un mimo, todos encadenados con una distancia respetable de movilidad. Hitler le lanza golpes de espada que Rommel sostiene con su escudo. Adolf escupe, blasfema, le lanza arena en el rostro y ejecuta un piquete de ojos con dos dedos que es fácilmente interceptado por Rommel posicionando su mano en medio de su nariz para hacer infructuosa la estratagema. Sin embargo, Hitler no se gana al público que vitorea a Rommel.
En una desconcentración de Adolf, Rommel desprende con su brazo derecho un movimiento con su espada que se inserta en el corazón de Hitler. El Mariscal se piensa vencedor y comienza a dar una vuelta olímpica aplaudido por la muchedumbre, pero esta vuelta se ve frustrada pues Hitler, quien se había derretido como hidrógeno líquido en fuego, comienza a regenerarse uniendo sus partes disueltas en una composición viscosa y brillante que enceguece tanto a Rommel como a los espectadores.
A Rommel no le sobran fuerzas... al darse cuenta que Hitler no tiene corazón sale corriendo hacia la platea y le deja un sobre a Eva Braun, la mujer de Adolf, con una nota escrita dentro y una leyenda en el sobre que indica: "Leer cuando Berlín esté asediada". Luego de entregar la carta y cuando Hitler se acercaba para rematarlo, Rommel muere por el efecto del veneno.
30 de Abril de 1945, los soviéticos rodean el Reichstag donde se encontraban Hitler y Eva Braun. Ambos están a punto de suicidarse, pero Eva abre el sobre que le dejó Rommel. Hitler está expectante, piensa que Eva le ha sido infiel y es capaz de no perdonarla aún cuando la acompaña en sus últimos momentos y se ha casado con él a pesar de ser feo, malo y de bigote ridículo. Pero ambos leen la carta y en ella se expresa una simbología ofensiva para el imaginario nazi. Lo escrito representa una afrenta a las propias convicciones presentes en los creadores de esta ideología racista y discriminativa: "Puto, Judío y Comunista el que Lee". Luego siguieron el cianuro, los disparos, la ira de Hitler en su fatídico descenlace, la inmersión lenta de su cuerpo agonizante en un gigante recipiente con acero fundido, la última imagen de su brazo sobresaliendo del líquido hirviente con su típico saludo nazi para despedir su figura y el final de esta historia.
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