RomaLeaks

En el año 410 Roma se encontraba rodeada por tribus "Bárbaras", apelativo que los latinos y griegos le aplicaban a toda población que no hablara su lengua y no se comportaran bajo sus reglas y códigos de vida.
Estos grupos (Vándalos, Visigodos, Sajones, Burgundios y otros) saqueaban las riquezas de la frontera del Imperio romano, empujados también por la amenaza de los Hunos (terrible y guerrera tribu de las tierras de Asia Central que empujaban a estas todas hacia el oeste).
Dado los costos que generaba la guerra y la cantidad de soldados Romanos que morían anualmente en batalla, el Imperio se vio obligado a contratar a mercenarios como fuerza guerrera y para ello apelaron a los intereses y al divisionismo "Bárbaro" incorporando a muchos de estos a las filas de su ejército para controlar a otros grupos bárbaros.
Sin embargo, tuvieron que regular su actividad para que la fuerza de los mismos no tomen tal dimensión que se vean capaces de invadir y saquear la propia ciudad de Roma.
Alarico, Jefe de los Godos, fue uno de los generales que combatió de forma mercenaria bajo el mando Romano luego de un acuerdo con Teodosio I. Pero a la muerte de éste, sus hijos que controlaban las dos regiones subdivididas del imperio Romano (Arcadio la oriental y Honorio la occidental) rompieron relaciones con Alarico dada las grandes demandas de tierra romana que éste reclamaba como compensación.

Sin embargo, en el 410, una red informática de divulgación general llamada "RomaLeaks", bajo el control de una empresa Burgundia instalada en la Galia del Este, difundió 250.000 cables emitidos desde Roma hacia todas las cabeceras del imperio solicitando información o emitiendo opiniones de sus rivales y aliados. Dichos cables se filtraron del control del servicio de inteligencia Romano y terminaron en la red, en las computadoras de cada hogar.
En dichos cables se solicitaban informaciones que ponían en peligro la diplomacia de Roma, la capital del Imperio de Occidente, en un momento en que todo el territorio se encontraba sujeto a grandes presiones.
Algunos cables (que contenían información de cientos de años) solicitaban información sobre la salud mental de Cleopatra, se solicitaba informes sobre la presencia de guerrilleros Zelotes en Judea como también la sospechosa actividad de un tal Jesús de Nazareth, se solicitaba precios de esclavos Lusitanos para combatir en el Coliseo, se divulgaba las orgías de la dinastía Julio-Claudia y la homosexualidad del emperador Adriano, se informaba la preocupación sobre la alianza entre los Hunos y tribus de los Cárpatos, se abría la posibilidad de lanzar misiles nucleares sobre la isla socialista de Britania frente al cada vez más difícil situación con los pueblos Pictos pero, principalmente, se ordenaba la ejecución del general Medio Romano-Medio Vándalo al servicio de Roma llamado Estilicón (quién tenía relaciones cordiales con los "Bárbaros") y se ponía en tela de juicio la lealtad de Alarico planteándose su asesinato en el campo de batalla enviando a los Godos a un ataque suicida en una batalla contra las los ejércitos del Constantinopla (capital del Imperio Oriental).
Luego de la ejecución de Estilicón, enfurecido, Alarico se proclama Rey de los Godos y pacta con el Emperador en Constantinopla, Arcadio, una paz que posibilita al mencionado Caudillo invadir la península Itálica y saquear Roma.
Honorio, en la ciudad de Rávena, contempla impotente como durante tres días Alarico saquea la ciudad y se dirige con sus huestes a saquear el resto de la península y finalmente tomar Rávena, llevándose consigo a la hermana del emperador, Gala Placidia, quien a pesar de pedir disculpas por la filtración de información, es igualmente raptada.
Pero poco después, Alarico I, muere camino a invadir el "Granero Romano", el norte de Africa, atropellado por una moto Scutter en el pueblo de Cosenza y es reemplazado por su hijo Ataúlfo que conduce a su pueblo hacia un nuevo hogar en la Hispania Romana.
El Emperador y el Imperio Romano se habían salvado de la desintegración. Sin embargo, la falta de control en todos los ámbitos institucionales, la filtración de información confidencial, la crisis económica originada por la pérdida de varias tierras tributarias, la decadencia del ejército, las pujas internas y el saqueo de Roma estaban dando muestra de los últimos raptos de vida de ese imperio que perdía lentamente emocional y materialmente sus pocas energías restantes.