sábado, 25 de septiembre de 2010

Ama-Tar



En 1879 el planeta "La Patagonia" era apodado por los habitantes de la galaxia "Argenta" como "El Desierto". Un territorio donde habitaban extraños seres azulados y poco civilizados que tenían como centro territorial un árbol gigante donde vivían hacía cientos de años. Debajo de ese árbol gigante había fortunas económicas en energía mientras que a su alrededor había millones de hectáreas de terrenos donde se podía sembrar la tierra y criar ganado de exportación.
Un selecto grupo de ricos empresarios e inversores "Argentos" legaron el poder militar al General Julio Argentino Roca, un guerrero cruel y con experiencia en exterminar otros planetas como el "Paraguay" o satélites rebeldes de la Argentina, dominados por "MarXianos" llamados "Caudillos".
Montados en naves espaciales y armamento de novedosa tecnología láser, rastrillaban zona por zona los territorios de los extraterrestres llamados "Azulados Mapuches", pero estos se reagrupaban y emboscaban a los soldados "Argentos" con su anticuado armamento pero eficaz conocimiento del territorio.
El gobierno de la Galaxia Argenta envía a un "Ama-Tar", un soldado convertido en nativo, entrenado para matar pero al mismo tiempo ser amado por los mismos. Lucio V. Mansilla se introduce en los pueblos mapuches con la intención de conocer su idiosincrasia, su ciencia y tecnología, a sus jefes, sus centros operativos y sus recursos. En definitiva: conocer sus puntos débiles. Lucio envía con frecuencia notas secretas a sus oficiales con los reportes de sus valiosos resultados.
Pero a medida que pasa el tiempo, el "Ama-Tar" se va entremezclando entre el pueblo, adoptando su cultura, cambiando de indumentaria, interactuando con la vida natural de la tierra y absorbiendo sus capacidades al punto de sentirse identificado con los "Mapuches". Incluso es "Iniciado" como soldado y miembro de los "Azulados Mapuches" cuando adopta un caballo y doma, no sin dificultad, a un ñandú volador.
Pero era demasiado tarde. Las naves de Julio Argentino Roca comienzan a atacar los territorios de los "Azulados Mapuches", por orden del Rey Nicolás Avellaneda y sus Asesores empresariales, con las informaciones que le había impartido el "Ama-Tar" Lucio V. Mansilla. Domingo Faustino Sarmiento, un veterano xenófobo alentador de las ideas de superioridad de la raza blanca y Argenta, festeja desde su residencia en lo que queda el Planeta El Paraguay.
El Árbol Central es destruido con la fuerza de los misiles, láser y todo el pueblo huye, acusando a Lucio V. Mansilla de traidor. El "Ama-Tar" es estaqueado bajo el abrasador sol de la Pampa. Es en ese crítico momento que una mujer de los "Azulados Mapuches", una joven Argenta que había sido raptada luego de un malón, acompañada de un gaucho fugitivo llamado Martín Fierro, desatan a Lucio de las estacas y deciden ir a buscar apoyo de todas las regiones: Araucanos, Tehuelches, Onas, Yamanas, Selk Nam y otras tribus de ambos lados de la cordillera de los Andes, incluso los mismos Mapuches. La búsqueda de alianzas es ardua, la desconfianza, el temor, los viejos enfrentamientos entre las tribus y las diferencias culturales e idiomáticas dificultan la unidad de los pueblos.
Lucio V. Mansilla, el "Ama-Tar", decide entonces capturar un "Unenlagia Comahuensis": un depredador prehistórico que sobrevivía en las tierras patagónicas de Neuquén, cuya captura y doma tenía un significado único y supremo para los pueblos originarios de La Patagonia. Tras movimientos indescriptibles consigue atrapar al dinosaurio pariente lejano de las aves y con él consigue dar a los pueblos nativos un simbolismo incontrastable de unidad y poder para luchar contra los Argentos.
Lucio V. Mansilla y Lautaro, otro "Ama-Tar" pero de origen trasandino que se une a las fuerzas (con la diferencia que era un rebelde "Azulado Araucano" que había sido raptado por el Planeta Hispanus y criado bajo las órdenes de un Jefe blanco llamado Valdivia) luchan contra Blancos Hispanos, Chilenos y Argentos derrotando a todos ellos en una batalla final donde el Robot armado que conducía Julio Argentino Roca cae devorado en las aguas del Nahuel Huapi por un saurópodo del lago llamado "Nahuelito".
Así se conforma el Reino de la Patagonia, donde "Nativos azulados", liderados por Cafulcurá, Lautaro, Caupolicán, Colo Colo, Pincén, Namuncurá y Arbolito, entre otros, logran formar una sociedad independiente e igualitaria que interactuará con la naturaleza sin destruirla, no necesitando evolucionar tecnológicamente para vivir felices y utilizando de forma equilibrada los recursos vitales de la tierra para sobrevivir.
Mientras tanto, en la Galaxia Argenta, las fuerzas policiales de "La Bonaerense", la guardia pretoriana del Rey Nicolás Avellaneda, eran derrotadas por una revolución "Piquetera" liderada por Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, mientras Domingo Faustino Sarmiento era arrestado por apología de la violencia y obligado a visualizar 18 horas diarias de Folklore "Barbárico no civilizado", con "Don Amancio Tocando el violín" y Atahualpa Yupanqui intepretando canciones de protesta. Tambien fue condenado a escuchar canciones del "Azulado" gaucho prófugo "Martín Fierro", un ex soldado escapado del fortín viviendo en las tolderías Mapuches, quien recitaba sus letras con un particular, "incivilizado" y "mal hablado" (para Sarmiento) acento mutante entre "Nativo" y "Argento":

(*) "Mi gloria es vivir tan libre
Como el pájaro del cielo,
No hago nido en este suelo
Ande hay tanto que sufrir,
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.

Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama,
Yo hago en el trébol mi cama,
Y me cubren las estrellas.

Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peleo ni mato
sinó por necesidá,
y que a tanta aversidá
solo me arrojó al mal trato

Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido,
que padre y marido ha sido,
empeñoso y diligente,
Y sin embargo la gente
lo tiene por bandido.
...
Junta esperencia en la vida
Hasta pa´ dar y prestar
Quien la tiene que pasar
Entre sufrimiento y llanto,
Porque nada enseña tanto
Como el sufrir y el llorar.

Viene el hombre ciego al mundo,
Cuartiándolo la esperanza,
Y a poco andar ya lo alcanzan
Las desgracias a empujones,
! La pucha, que trae liciones
El tiempo con sus mudanzas!".

(*) Fragmentos del libro "Martín Fierro" de José Hernández.

1 comentario:

  1. No podía dejar de comentarte que me pareció...Alucinante!!!
    y además excelente cita de Martín Fierro...

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