miércoles, 8 de septiembre de 2010

La Vecindad del Martillo



En 1917 la Vecindad Rusa se encontraba en medio de un caos. Constantemente el Sr. Barriga Nicolás II llegaba a horas inciertas para cobrar la renta derivada de la producción bajo el régimen de servidumbre a los vecinos del barrio. Don Ramón Lenin se escondía en un caserío lindante llamada "La Suiza" y desde allí enviaba panfletos comunistas que, a través de Jaimito el cartero, eran distribuidos por El Chavo Trotsky (quien vivía en un barril debido a que había jurado no pertenecer a la sociedad consumista del capitalismo) Quico Stalin (quien se jactaba ante sus compañeros de haber conseguido una pelota cuadrada que no respetaba las formas establecidas por el sistema de mercado y la visualización positivista del siglo XIX) y una joven chilindrina Kruskov (quien se lanzaba a llorar a los gritos cuando era atacada a pastelazos o era amenazada con misiles nucleares).
Sin embargo, las octavillas que Don Ramon Lenin entregaba a sus jóvenes niños para no pagar la renta a veces no eran repartidas en tiempo y forma, y era en ese momento que Don Lenin se enojaba y golpeaba al Chavo Trotsky, que sufría en ese instante un ataque de pánico llamado "Bolchiripiorka", una antecedente genuino de lo que se sufriría mas tarde en la "Perestroika". También Quico Stalin era golpeado por Don Ramón Lenin con la fuerza de la gorra soviética y era en ese impacto que se ponía a llorar apoyando su "cuerpecito" en un muro. Doña Clotilde Gorbachov, le indicaba regularmente que no se apoyara mucho en el muro dado que del otro lado había seres capitalistas, "espíritus chocarreros" que se enojarían y si el muro se derribaba, estos invadirían la vecindad. Inmediatamente la pared comenzó a agrietarse y fue desde ese hecho que Doña Clotilde Gorbachov sería catalogada como "la bruja del ´89".
Mientras los vecinos repartían clandestinamente los panfletos comunistas entre la gente del barrio, acompañando la entrega con jugo de limón y tamarindo y tortas de jamón que eran ingeridas por el Chavo Trotsky cuando nadie se daba cuenta, apareció el Profesor Marxirafales en las puertas del Kremlin con un ramo de rosas para cortejar a Leona Florinda Tolstoi, "La Madre" de Rusia y de Quico Stalin. Doña Leona Florinda invitaba cortesmente a Marxirafales a tomar un té o una tacita café al mismo tiempo que conspiraban junto a Don Ramón Lenin y sus alumnos, el Chavo Trotsky y Quico Stalin, los planes a seguir.
Marxirafales opinaba que la revolución se daría en algún país industrializado como Inglaterra, Alemania o Francia, pero nunca se imaginó que la revolución se daría en esta vecindad moscovita con una incipiente pero acotada industrialización aunque con una mayoría pobre, analfabeta, sierva y no sindicalizada. Sin embargo, la revolución continuó.
Al ingresar Don Barriga Nicolás II y su hijo Ñoño Rasputín para cobrar la renta, el tributo mensual para pagar los costos de la primera guerra mundial y los gastos de la clase señorial, la vecindad se rebeló. El Chavo Trotsky colocó su barril como barricada mientras Quico Stalin lanzaba piedras con su onda. Don Ramón Lenin, mientras tanto, rompía la piñata que había quedado guardada como tributo para pagarle al Señor Barriga Nicolás II y la producción de la misma fue repartida de forma equitativa a los niños pobres del barrio. La victoria fue total y Don Barriga Nicolás II y Ñoño Rasputín perdieron todos sus beneficios mientras que la vecindad fue socializada y sus recursos colectivizados.
Sin embargo, Don Ramón Lenin se fue del programa para realizar otra tira televisiva. Es entonces que el rating cae estrepitosamente luego de las peleas entre Quico Stalin con el Chavo Trotsky en la que este último es expulsado de la vecindad. El Chavo se exilió a México y contempló un programa de TV que se parecía mucho a la historia de la Unión Soviética.
A pesar de ello, las continuas guerras con las fuerzas del "Nuevo Orden" o Skinhead de la urbe fortalecieron a la barriada colocándola como potencia mundial frente a su vecindad archienemiga: EEUU.
Luego de la renuncia de Quico Stalin, el rol principal lo tuvo La Chilindrina Krushov. Recibió la ayuda de El Chapulín Rojo Castro, un superhéroe latinoamericano que al tomar "chiquitolina guerrillera" para camuflarse en la selva, impuso el comunismo desde una isla que se enfrentó a las poderosas fuerzas del "Cuhajinais", un malhechor de origen estadounidense a quien apodaban "el ratero".
Pero finalmente el rating cayó a lo mas profundo del abismo cuando el rol protagónico lo obtuvo La Bruja del 89, Doña Clotilde Gorbachov, quien fue entregando zonas de la vecindad al capitalismo neoliberal hasta que el viejo muro donde había llorado Quico Stalin se derrumbó y con él tambien se extinguió la burocracia soviética. Solo el Chapulín Rojo Castro pudo escapar, dado que "chipote chillón" pudo dar los suficientes martillazos como para adaptarse, no sin penurias, a los condicionamientos de una nueva era sin la vieja vecindad socialista. Nadie contaba con su astucia y todos sus movimientos estaban estatal y fríamente calculados.

Hoy las tiras del "La vecindad" se pueden contemplar en repeticiones que ofrecen en las cadenas de televisión cuando no hay una programación lo suficientemente sólida como para sostener un nivel de televidentes y audiencia aceptables. Esto nos hace pensar: ¿Está muerta la vecindad socialista? ¿Harán una remake, una secuela? Las segundas partes no suelen ser buenas, sin embargo, hay que esperar dado que los productores de "La Vecindad del Martillo", con la eficiencia de la educación y formación estructural comunista, están contando los billetes y las ganancias de la venta del barrio, incluso sus tortas de jamón, la pelota cuadrada de Quico, el barril del Chavo Trotsky o los jugos de tamarindo que produjo y produce el proletariado.

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