martes, 1 de diciembre de 2009

MAURICIO EN LA CORTE DE FELIPE II



Un grupo de científicos porteños lograron descubrir una máquina del tiempo. Una persona debería ingresar en ella y solo elegir el tiempo y el lugar a donde uno quisiera ir y la máquina lo trasladaba.
Pero un ambicioso y ansioso Jefe de Gobierno, Mauricio, se introdujo apresuradamente en el aparato. Tocó todos los botones y la máquina comenzó a funcionar. Ingresó en una oruga energética que lo trasladó de dimensión pero en el medio del camino fue interceptado por el "equipo de control de Cronoss" y le descontó 19 puntos por no llevar cinturón de seguridad, casco, cédula verde y hasta se excedía por poco en el control de alcoholemia. Como se encontraba al límite de puntuación lo dejaron proseguir.
Se encontró en la corte del Rey Felipe II de España en el siglo XVI. Ante la mirada incrédula de los presentes, sale del habitáculo Mauricio, con sus ropas un poco estropeadas por el movimiento cinético del viaje. Pero no pierde tiempo, se presenta y se pone a las órdenes del Rey que, por suerte, habla el mismo idioma del extraño visitante venido de otros tiempos.
Luego de una charla extensa de presentación y explicación de los hechos, Felipe II comienza a preguntarle sobre la eficiencia de sus pensamientos e ideas. Mauricio le aconseja que, a pesar de los excesivos ingresos que venían de América, debería sacar un préstamo con los Fugger para que tuviera mayor liquidez la economía y así poder invertir en obras, obras que se las concedió a sus familiares ancestrales y amigos de estos que vivían en España e Italia.
También le dijo que tenía que recortar los presupuestos para obtener mayores ganancias, ya sea en educación, en arte o en salud. Acto seguido, lo acompañó por las avenidas de Madrid y le dio unas recomendaciones para pavimentar las calles y pintar las fachadas de las viviendas y castillos para que la ciudad tenga un mejor aspecto, como pantalla para cualquier tipo de dudas acerca de su gestión.
Luego se hizo cargo de las finanzas de la familia y evadiendo impuestos hizo que los Habsburgo se enriquecieran aún mas. Invirtieron parte de la fortuna en lujos y otra en barcos que predispuso para ir a combatir a los navíos de la adversaria Inglaterra. Acto seguido armó grandes tercios para combatir en Italia y Francia, en un afán ambicioso de controlar el mar Mediterráneo y sus canales comerciales.
Tambien organizó una red de espionaje para saber que hacían los enemigos del Reino, como los hugonotes, los franceses, los ingleses o los portugueses, pero en especial a grupos ligados a los sectores mas humildes de la sociedad a través de grupos armados exclusivamente para tal fin. Mientras tanto recomendaba, conjuntamente, mantener bajo fría sospecha y vigilancia a los miembros de la propia familia real.
Cuando Felipe lo consultó por si debía industrializar el país para que, cuando se agote el oro y la plata americanas, pudieran seguir teniendo un imperio fuerte, Mauricio le recomendó que no era lógico, que debía invertir el dinero especulativamente en transacciones financieras así aumentaría el valor sus capitales.
En este proyecto, Mauricio diseñó una estrategia diplomática para luchar contra los movimientos cristianos protestantes que surgían en Europa Central y que estaban instalados ya en la isla Británica.
También dio importantes recomendaciones en cuanto a la imagen, el crecimiento del poder y la legitimadad ante la opinión pública mediante bailes, frases y slogan´s simples de asimilar y procesar intelectualmente quedando insertadas en el conciente colectivo ante la incapacidad de alguna parte de la sociedad de analizar los hechos en un proceso intelectual mas complejo.
Pero, sin embargo, la máquina del tiempo comenzó a realizar señales y un cartel indicaba que a Mauricio le quedaban pocos minutos en el Siglo XVI. Entonces, subió desesperadamente en la nave para volver a sus tiempos. Felipe II y la corte estaban emocionados por la sorpresiva partida. Para paliar un poco la angustia, Mauricio les dejó a los nobles un banderín futbolero con los colores azul y amarillo de su club de fútbol (un deporte que España conocería pero dificultosamente aprendió a jugar) y una estatuilla con la imagen del obelisco con la frase "Recuerdos de Buenos Aires". La nave partió a gran velocidad para nunca mas volver.
Al llegar a la Buenos Aires actual, los científicos y asesores políticos se encontraban en el mismo lugar en el que estaban a su partida. Pero la máquina había sufrido terribles daños, el chip de transportación se había fundido y se visualizaba en estado inutilizable. Mauricio contempló que nada había cambiado, que los asesores eran los mismos, que las pinturas en las paredes estaban igual, que los taladros repavimentando las calles seguían haciendo el mismo ruido desde las cuadras cercanas y que en la mesa se encontraban esos balances anuales con los números de los resultados en rojo, con una goma de borrar a su lado para disponer su modificación forzada.
Mauricio estaba furioso, pensó que con sus ideas el país estaría mejor y su familia mas enriquecida producto de sus asesoramientos en la corte de los Habsburgo.
La ignorancia de Mauricio había hecho que sus consejos sean las mismas decisiones que tomaron los administradores de la España del Siglo XVI. España perdió su flota completa en una batalla contra Inglaterra. Las riquezas de América se fueron agotando tanto por la excesiva explotación de los recursos como por el acoso de la piratería. Las deudas se acrecentaron. Los prestamistas fueron aumentando el interés de sus créditos ante el mayor riesgo y costos de sus inversiones. Los reinos vecinos se fueron fortaleciendo y acrecentaron la presión sobre España, mientras la pobreza del reino fue elevándose eliminando a sus habitantes a la emigración hacia las tierras americanas.
Pronto España entraría en una lenta decadencia económica y política hasta el fatal descenlace de la familia habsburgo, que perdió el poder imperial ante la casa de los Borbón en 1715, en medio de guerras y decenas de intrigas palaciegas. Pero Europa y España heredaban hacia sus tierras hijas de Sudamérica "la mejor" estructura social para recibir a Mauricio y su familia, repitiendo así el círculo misterioso diseñado por una máquina del tiempo.

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