Prontamente ahondaremos sobre la historia de Rumania, sobre es príncipe Vlad Tepes, su resistencia ante los embates otomanos en el siglo XV sobre los Balcanes, sus actos de fe y también sus acciones mas criminales en nombre de la misma.
Pero lo que aquí nos detiene es la cantidad de productos encontrados en las inmediaciones del Palacio del príncipe "Dracul". Encontramos toda una gama de elementos para disfrutar mas eficazmente el sabor de la sangre.
Como, por ejemplo, una serie de pipas donde se podía diluir el elemento sanguíneo y fumarlo, originando con esto un éxtasis difícil de imaginar hoy en día. También jeringas con las cuales no inyectaban narcóticos sino que se extraían su propia sangre para condimentar los fideos con pesto de Valaquia o los ciervos almizcleros que rondaban la zona.
También encontramos varios utensilios utilizados en las cantinas de aquel entonces, como pajillas para absorber el líquido sanguinolento conjuntamente con otros productos comestibles y bebibles ideados para los jóvenes adictos al vampirismo, como los yogures con glóbulos rojos para paliar la acidez que generaba la ingesta excesiva o postres rebajados con plaquetas para evitar el tránsito lento. Pudimos encontrar palitos de helado con un corazón de regalo para el agraciado que la sacase, saborizados con vísceras humanas(un cartel publicitario esgrimía la frase: "Pruebe el nuevo sabor chipriota") , o unos curiosos naranjú de sangre, que por los dibujos encontrados alrededor serían de las delicias de los menores infantes de la zona de Valaquia y Transilvania. Sin olvidarnos de una gaseosa muy común en ese entonces, "Moka Zero", derivado del mismo grupo sanguíneo que conforma su nombre. Curiosidades del mundo antiguo.
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