domingo, 29 de noviembre de 2009

La Tierra Prometida



Transcurre el siglo XIII antes de Cristo. El Faraón Ramsés II está llevando adelante una serie de construcciones en la Ciudad de Pithom. Ha encarado una licitación que, particularmente, ha salido ganador un grupo de arquitectos ligados a la familia Real en detrimento de otros profesionales de igual o mejor valía. Los fondos de Imperio se invierten en gastos militares y en soberbias y magníficas construcciones que solidifican la legitimidad ideológica de la dinastía en el poder. Se contempla mucha corrupción en las obras públicas.
Sin embargo, un grupo de gremialistas hebreos, comienzan a manifestarse en contra de la explotación.
La escena transcurre en el Salón Principal del Palacio. Un cansado Ramsés II, que vuelve de luchar contra los Hititas, descansa y se beneficia de los cuidados de sus ayudantes recostado en su camastro:

Asesor: Mi majestad, un grupo de sindicalistas se han manifestado en las puertas del palacio. Solicitan aumentos de sueldo, pago de horas extras y vacaciones pagas que no sean siempre en los parques del Río Nilo o en los devaluados oasis del desierto. Son miles e hicieron una huelga, y dicen que si no le dan lo que quieren van a proseguir con la medida de fuerza con mayor virulencia.
Reina: Señor... no se da cuenta que mi marido esta cansado, ha combatido en Kadesh y tiene un agotamiento extremo? Tendría que dejarlo en paz...
Asesor: Mi Señora, la comprendo, pero los manifestantes están alterados. Están con banderas y bombos, se escudan con palos y se tapan con pasamontañas. Varios hombres barbudos cortaron la Avenida Amón, otros están por saquear los supermercados, están derribando las estatuas de Abu Simbel y en los obeliscos hay un corte de tránsito intenso. Debemos tomar medidas urgentes.
Ramses: hay que esperar a las crecidas del Nilo.. . hay que hacer tiempo para poder negociar en mejores condiciones... tengo a mis soldados agotados acampando en el Sinaí y no pueden llegar a defenderme con rapidez.
Informante (llega corriendo): Mi magestad. Los rebeldes estan marchando por la Avenida del Valle de los Reyes y están forzando las puertas de la corte en Tebas. Gritan "que se vayan todos y que no quede uno solo".
Ramses: llame al líder... es hora de negociar.
-Tiempo después, en el mismo palacio, Moisés (con campera de cuero y lentes negros) y sus dirigentes aliados, apodados "los gordos", ingresan a la sala:
Ramses: Señores, es hora de negociar. Tanto ustedes como nosotros tenemos mucho para perder y mucho sacrificio personal por invertir, que son las únicas cosas que obtenemos a cambio de dirigir a nuestros representados. ¿Qué es lo que solicitan exactamente?
Moisés: Las exigencias son claras. Necesitamos vacaciones, aumentos de sueldo, disminución de las horas laborales y pago de horas extras.
Ramses: Le tengo una mejor y única opción. Mire, tenemos a un grupo de trabajadores libios y nubios que podrían hacer su mismo trabajo por menos sueldo, por mas tiempo y con mas carga laboral inclusive. Hasta pueden trabajar con un contrato de esclavitud de seis meses. Creo que usted ahora tendrá que optar por la propuesta que le voy a dar. Tengo unas tierras que administrar en la zona de donde vengo de pelear con los Hititas. Si usted acepta... quien dice que usted y sus compañeros no puedan obtener algunos beneficios particulares...? Estas tierras estan en perfectas condiciones y le doy miles de años de garantía. Son tierras pacíficas, con gente amigable alrededor y suelos muy productivos. Para usted y sus amigos tengo una "Banelco" o tarjeta de débito particular para que tengan un plus, un "regalo" que les ofrezco.
Moisés: meditaremos su propuesta, Sr. Faraón.
(Horas después, los dirigentes gremiales se dirigen al público)
"Compañeros! Tenemos que informales que hemos llegado a un acuerdo provechoso con el Faraón. Nos darán aumentos de sueldo pero si nos vamos a trabajar al cercano Oriente. Aceptamos, y esto gracias al esfuerzo y solidaridad de todos!"
-El pueblo aplaude y grita a rabiar el éxito de la movilización y de las medidas de fuerza llevadas a cabo-

Los organizadores sindicales movilizan a los trabajadores por el desierto de Egipto durante meses, con poca agua y alimentos, cruzando finalmente la península del Sinaí (solo los dirigentes van en camellos, el resto se dirige a pié). En el trayecto, Ramsés II, traicionando el pacto acordado, envía a reprimir a la caravana pero se les dificulta la tarea por el desagote de un caño maestro que Moisés hábilmente abre y enlentece así el paso del ejército represor con la inundación del mar. Le ponen "Mar Rojo" por la cantidad de banderas troskistas, comunistas y anarcosindicalistas que cruzan las aguas.
Sin embargo, cuando llegan a la tierra prometida, se dan cuenta que estan rodeados de enemigos, que las tierras son difíciles de sembrar y que todos los pobladores vecinos los miran con recelo. Moisés, contemplando que sus subordinados lo observan con desconfianza, deja el poder legando a la organización sindical los 10 lemas de la actividad para organizar las líneas y se toma un avión a Creta para pasar unos períodos de descanso. Pero es detenido en el aeropuerto de la misma Creta con una baúl con dinero destinado a financiar la campaña política de uno de sus aliados sindicales, generando un gran escándalo en la isla.
Un dirigente que venia de la mesopotamia, Abraham, toma la sucesión, pero a su deceso, los hermanos Caín y Abel separan al gremio en dos sectores que solicitan la personería jurídica y gremial escindiendo la militancia y quedando al descubierto ante los ataques de los hititas, babilonios,asirios y otros.
Mientras tanto, un organizador de base llamado Noé comienza ahorrar animales en un barcaza para los tiempos dificiles, pues anunciaba que habría un "corralito financiero" y los mercaderes se quedarían con los ahorros dejados en las casas financieras. El tiempo le daría la razón cuando al pueblo lo tapó el agua, pues un grupo de asesores económicos habían convencido a los ciudadanos que compren bonos y acciones en inmuebles de la isla de la Atlántida. Se generó una burbuja inflacionaria tal, que al hundirse dicha isla por la explosión de un volcán, todas las bolsas cayeron y tambien así los bonos/acciones de los ciudadanos. Menos Noé, que no había comprado bonos, ni acciones y tenía los ahorros en su casa/barco. Luego de la crisis Noé fundó un megamercado en el Monte Ararat con precios mas baratos que atrajeron a la público consumidor por la gran cantidad de ofertas y recursos publicitarios, lo que originó una merma en la ganancias de los almacenes particulares de los pueblos de la actual cultura árabe, dando por iniciados así constantes y regulares enfrentamientos y conflictos en la llamada "Tierra Prometida".

2 comentarios:

  1. Espectacular Lucky!
    Este blog es un vórtice donde se rejunta toda la historia de la humanidad y conforma una dimensión acrónica, que hace posible que William Wallace tenga una charla con Artigas, que Moisés sea un lider peronista. Le solicito, sácame una duda, ¿es posible que un heredero doctrinario de Moisés, nacido en Galilea, al que algunos denominaban Nazareno, haya querido hacer Moisesismo sin Moises?
    Maxi

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  2. Exactamente. Y algunos sectores mas ortodoxos del movimiento le hicieron pagar muy caro tal afrenta. No toleraron sus actitudes autónomas y "guevaristas".

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