SECRETOS EN LA ENTREVISTA DE GUAYAQUIL

Hasta el momento se tejieron muchas hipótesis sobre la conversación entre San Martín y Bolivar en Guayaquil. Ambos libertadores de media Sudamérica se superponían en poder político y fuerza militar, y muchos historiadores ofrecieron la teoría de que San Martín prefirió el desinterés altruista de delegar el poder a Bolivar, con un mayor ejército y un proyecto quizás mas ambicioso que el de San Martín en lo referente a la organización de los estados independizados, y que el libertador argentino volvía a su país de origen acosado también por problemas internos en Perú que no podía controlar.
Pero los escritos de un escriba secreto que fueron encontradas en la biblioteca nacional de Bogotá aclaran la situación:
San Martín: ¿Malbec?
Bolivar: no... cabernet. Madera no tomo...
San Martín: general, he liberado Chile y Perú junto a O´Higgins, lo ayudé en Ecuador, no es de mi interés dejarle toda la gloria a usted.
Bolivar: bueno... apostemos algo. No es de mi interés pelear. Lo admiro ideológica y militarmente pero también le temo, porque no decirlo... y temo una guerra futura entre nosotros. Pero mas allá de nosotros, temo un conflicto y desinteligencias entre nuestras fuerzas que ponga en peligro la liberación total de España ¿Cómo podemos definiro diplomáticamente?
San Martín: ¿... Y una partida de cartas? ¿Sabe jugar al truco?
Bolivar: sí, aprendí de su viejo colega Carlos Alvear en España. Alto fullero es ese... Alto tramposo.
San Martín: tiramos reyes... A ver.......... Bien, reparto.
Bolivar: sos muy "vivo"... me diste unas cartas de la hostia (levanta las cejas como fastidiado). Envido!!
San Martín: envido!!!
Bolivar: veintinueve, las perdedoras.
San Martín: son buenas... poné.
Bolivar: ancho falso.
San Martín: mato con el dos y pongo este cuatro. Carta fe, che...
Bolivar: te la aniquilo con este rey y truco. Sos mas fácil que el General Realista Osorio... (Risa socarrona)
San Martín: callate, que vos combatís contra pibes de dieciséis años... Quiero re truco, carajo!
Bolivar: Quiero... Te pongo esta sota y juego callado.
San Martín: mirá que cartas feas, che... que hago con este cinco? Me podes decir? Ni para mentir sirve...
Bolivar: no servís para este juego, no sabes mentir. Me haces acordar a Miranda jugando al Pocker. Bueno, un gusto haber negociado contigo.
San Martín: a mi también... Lo dejo tranquilo, espero pueda arreglar tantos líos. Yo ya estoy cansadísimo, vengo peleando desde la adolescencia, pasando por Napoleón, los ingleses, los moros y los españoles. Merezco unas vacaciones, un viajecito a Europa no vendría mal.
Bolivar: sos un hijo de su madre... Igual lo voy a mandar a Sucre a combatir, es pibe y va siempre al frente. Nosotros estamos viejos, ya...
San Martin: conozco a otro muchacho, al altoperuano Arenales. Anda bien... lo pones en cualquier lado y rinde. Ademas te dejo a Lavalle, mas pibe aún. Es medio quilombero, pero se la banca como otro que tengo, Pringles. A este lo tenes que controlar un poco porque esta medio loquito... se metió en el mar con los caballos para que no lo agarren... Esta loco, pero anda muy bien. Por suerte lo rescatamos. Y te dejo con el lío de Perú... jajaja! (Prende un cigarrillo, toma un sorbo de vino y sigue riéndose a carcajadas).
Bolivar: como me la encajaste... De paso te pregunto, que tal la peruana Rosita Campuzano...? Me llegaron datos de los folletines de chimentos cuando estaba en Pichincha...
San Martín: una gran mina y unas agallas como las de Anibal de Cártago, aunque además... (suena una de sus manos con movimientos). Y la amiga, Manuela Sáenz, es de iguales características, es muy valiente y esta "zarpada" en buena también, guarda... Pero esperá que te cuento bien y te paso los datos. Escriba, puede salir un poco por favor? Ya arreglamos todo, puede irse a tomar una copa de jerez si desea.
(El escriba se retira dejando sus escritos olvidados luego de varias copas de jerez. Aunque el único misterio que queda por develar y quizás mas importante a partir de ahora es saber que paso con Rosita Campuzano).
Un hecho histórico develado a la humanidad.